Seis consejos para mantenerlos protegidos
20 años atrás, disfrutar de un videojuego junto a personas ubicadas al otro lado del
mundo era solo un sueño. Para los niños de hoy, esta realidad está a solo unos clics
de distancia. Pero cooperar o competir con completos extraños, cuyos nombres los
niños conocen solo por sus apodos en el juego, conlleva sus riesgos.
Si bien la mayoría de los jugadores en línea son verdaderos entusiastas que aman los mundos virtuales y la emoción de aventurarse junto a otros jugadores, es posible que alguien con malas intenciones
intente ingresar al grupo. Y para un/a gamer joven, hay mucho que perder. La mayoría de los atacantes buscan dinero. Quieren acceder a las cuentas de otros jugadores,
que potencialmente contengan información
sensible sobre la persona, y usualmente incluyen
datos de su tarjeta de crédito. Además, con los
miles de millones de dólares que se gastan en la
compra de juegos, incluso los ítems especiales
que tu hijo/a puede haber agregado al inventario
de su personaje puede ser de gran valor para los
cibercriminales.
Más allá de los atacantes que buscan dinero, están
aquellos que irán demasiado lejos solo para
manipular, acosar, molestar y desmotivar a
otros de participar del juego.
Cómo suelen desarrollarse los ataques
a gamers
Los atacantes utilizan diversas técnicas para
despertar el caos, muchas de ellas apostando a
debilidades humanas, como la impaciencia o la
codicia:
• Ingeniería social
En la industria de los videojuegos, los nuevos lanzamientos
pueden ser costosos. Los jóvenes gamers
que dependen del dinero de sus padres no
suelen ser capaces de adquirir cada uno de los
juegos más recientes, lo que significa que corren
el riesgo de ser olvidados por sus pares. Otras situaciones
similares los vuelven vulnerables ante
la ingeniería social.
Los atacantes están al tanto de ello, y buscan
llevarlos hacia una trampa prometiendo versiones
gratuitas del juego. Claro está, la forma
de conseguirlo es únicamente ingresando a foros
dudosos o enlaces específicos. Incluso si el juego
está allí, podría haber sido infectado con malware
capaz de espiar a sus víctimas, cifrar su información
más valiosa o incluso dañar los dispositivos
que utilizan para jugar.
Los gamers más jóvenes pueden ser muy competitivos
y recurrir a ciertas trampas para vencer a
sus oponentes. Pero, más allá de arruinar el juego
para los demás, se ponen a sí mismo en riesgo
– los atacantes pueden hacer un mal uso de
la situación y prometer revelar algunos “cheats” a
cambio de que el jugador siga ciertos pasos o visite
sitios o foros particulares, donde intentarán
obtener sus detalles personales.
• Ataques a los juegos y plataformas
No todos los ataques están dirigidos a los jugadores.
En algunos casos, el objetivo es la plataforma
de videojuegos o el juego en sí. Ciertos escenarios
comunes incluyen ataques DDoS, que inundan
los servidores de las plataformas con tráfico
falso y generan tiempos de inactividad; robo de
contraseñas de usuarios, así como la creación
de sitios falsos de los juegos para lograr diversos
objetivos maliciosos, como infectar a las víctimas
con malware o extraer su información personal y
financiera.
En caso de darse un ataque al juego o a la plataforma,
las consecuencias para los jugadores pueden
ir desde pequeñas inconveniencias, como un breve
período de inactividad o la solicitud de un cambio
de contraseña, hasta problemas más severos,
como el robo de información sensible y personal.
Poner en práctica una Buena higiene cibernética
podría ayudar a reducir el impacto de este
tipo de ataques.